Andorra requiere cuidados: un pintor, un electricista, un fontanero, incluso –ya puestos- un ingeniero en telecomunicaciones. Evito llamar a nadie y, sobre todo, el enchufe en el que me puedo quedar pegada como una imbécil. Si la cosa empeora, diré que sufro un bloqueo internacional y quemaré el pasaporte. No quiero que intervenga la diplomacia, advierto. Ya me apaño sola (y las tardes son largas).
Interludio en Londres
Hibernamos entre ladrillos
Y vivimos al otro lado de las ventanas
Con mermelada y té a las seis
Indiferentes a lo que haga el viento
Indiferentes a los aguaceros
Que mitigan los huertos del año pasado
Y apáticos, con cigarros
Despreocupados, mientras por la calle la primavera sigue
Alentando los tiestos cubiertos de mantillo,
Y las molduras como flautas rotas en las ventanas de las
buhardillas.
T. S. Eliot
"Inventos de la liebre de marzo",
traducción de Dámaso López García.
Ed. Visor.