sábado, 17 de octubre de 2009

Querencias

1.- Antes, cuando era un ama de casa ejemplar, bajaba a comprar el pan y el periódico a diario; sin peinarme, con el chándal naranja (o con el verde), cinco euros y sueño. Cruzaba un par de veces la carretera: para un lado, el periódico, para el otro, el pan, y vuelta a casa. Ese recorrido ahora sólo lo hago los sábados y, rara vez, algún domingo. Si enmoquetaran en verde el tramo que comprende calle La Victoria, Ferrándiz y Compás, podríamos decir que para leer la prensa y desayunar realizaba yo, una y otra vez, la misma tirada de billar -una repetida y casi exacta carambola que me llevaba de un primer golpe a Periódicos Antonio y a Panadería Loli y, de un segundo, directa, a mi casa-.


Pan, Abc y El País, 2009


2.- Poco a poco, a base de pereza, principalmente, se suelen cambiar los hábitos. No, no he dejado de leer periódicos –digitales- ni de desayunar pan –congelado-. No sé si Fray Luis de León aprobaría estas nuevas costumbres. Mi madre, desde luego, no concibe lo del pan congelado. Menos aún, una fantástica sopa de sobre.


3.- Camilo de Ory, “Sopa de sobre”, Ed. 4 de Agosto.



DE LA GRATITUD A LA COMPASIÓN


1


Al mago juvenil
que deslumbra a las viudas y a los niños
y hace volar palomas y despliega
abanicos de naipes en el cielo
y corta a una muchacha en dos y sabe
qué número has pensado y que sonríe
y finge reverencia.


2


Al perro
consciente en su torpeza de que aún
ignora las palabras de los hombres.


3


Al náufrago novel
que flota a la deriva en el océano
asido al tronco hueco de su duda.


4


Al ruiseñor caduco
que ve que un huracán le roba el nido
y no sabe qué hacer con sus recuerdos.


5


A la mujer sin piel
que deja que el día se le mate
como un bebé resbaladizo en casa.


Camilo de Ory, "Sopa de sobre". Ed. 4 de Agosto.