jueves, 14 de febrero de 2008

Pan y sexo


Lidl sacó el jueves pasado una oferta por lo visto increíble: máquina de pan bifinett, 44€. El miércoles por la noche me llamaron para que entre mis actividades matutinas incluyera la compra de tres chismespanaderos. Obediente, sin otra cosa mejor que hacer y convencida de que me encontraba ante una ocasión única e irrepetible, me planté en el Lidl de Fuente Olletas a las nueve. Perfeccioné la compra y a casa. Tras un frío recibimiento en nuestro hogarfamiliar, lo puse sobre la encimera frente a la poética thermomix. Desde su llegada me he podido dar cuenta de que los sonidos que ahora emiten se me antojan lascivos y voluptuosos. La señal que indica el final del programa varoma tiene una cadencia particular. No sé… El inicio del horneado, por su parte, viene acompañado de un deje en el que se adivina una descarada insinuación, un cruce de piernas. Se atraen irremediablemente. Sí, sé que se trata de una relación lesbicorobótica, pero al cabo hay ternura -una hace yemas del tajo y la otra pan- así que no seré yo quien venga a meterse en este inesperado affaire.

Otro día, la escotilla de la bifinett: ventana a otros mundos.

martes, 12 de febrero de 2008

Fórmula de la idiotez: aproximación

Sin andar, ando con el pie en alto. Llevo la tarde calculando aprovechamientos urbanísticos y flipando con las múltiples visitas que Fray Leopoldo me ha reportado. Un compañero me ha llamado al móvil un par de veces para preguntarme qué significa “intermunicipal” y “remisión”. Más tarde mis padres me han hecho una visita y me han informado –sorprendidos de mi ignorancia- de que el muchachito que acompañaba a Tamaralamala ahora se llama Nova.

Dejo un vídeo que me hace no pensar.



La tontería se abre a todo: al hacer de cualquier cosa un objeto de atención y de posible compromiso, suministra una ocupación en la vida (ocupación cuya experiencia embriagadora realizan Bouvard y Pécuchet). (...) La tontería es una vocación, mejor aún, un sacerdocio, con sus ídolos, sus párrocos, sus fieles. Quizá sea aventurado conjeturar que la tontería se caracteriza más bien por la ilusión de poder alcanzar un fin que por la falta de inteligencia de los medios empleados para lograr este fin. La tontería de Bouvard y Pécuchet no consiste en no comprender, por ejemplo, la química, sino en aprenderla: es decir, en considerar que esta proeza constituye por sí misma un objetivo que podía colmarlos.

Clément Rosset, Nota breve sobre la tontería.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Arco y la plastilina: problemas irresolubles



Este youtubazo es lo que me rondaba por la cabeza esta tarde cuando trataba de reservar habitación de hotel para ir a Arco la semana próxima. He topado con una esanoeslaplastilina y me ha pillado con tiempo y ganas de retos, pero no voy a aburrir al personal ni me voy a encabronar yo sola recordándolo. Ha ganado ella, pero mañana se tendrá que levantar temprano para seguir atendiendo una puta centralita de nueve a ocho, ininterrumpidamente. Yo creo que me iré a nadar.

viernes, 1 de febrero de 2008

Sacando de quicio a Nicanor Parra


He aquí las que eran mis gafasdeverdemirar. Pese a lo que parece, esta obra no es del efecto microondas sino más bien del efecto tostador y mi despiste. Sabrán valorarla como es debido, me consta. Lo he colgado frente al televisor, para que pueda seguir supervivientes y ver los partidos del proevolutionsoccer que se disputan en casa.

La mujer imposible,
La mujer de dos metros de estatura,
La señora de mármol de Carrara
Que no fuma ni bebe,
La mujer que no quiere desnudarse
Por temor a quedar embarazada,
La vestal intocable
Que no quiere ser madre de familia,
La mujer que respira por la boca,
La mujer que camina
Virgen hacia la cámara nupcial
Pero que reacciona como hombre,
La que se desnudó por simpatía
(Porque le encanta la música clásica),
La pelirroja que se fue de bruces,
La que sólo se entrega por amor,
La doncella que mira con un ojo,
La que sólo se deja poseer
En el diván, al borde del abismo,
La que odia los órganos sexuales,
La que sólo se une con su perro,
La mujer que se hace la dormida
(El marido la alumbra con un fósforo),
La mujer que se entrega porque sí,
Porque la soledad, porque el olvido...
La que llegó doncella a la vejez,
La profesora miope,
La secretaria de gafas oscuras,
La señora pálida de lentes
(Ella no quiere nada con el falo),
Todas estas walkirias,
Todas estas matronas respetables
Con sus labios mayores y menores
Terminarán sacándome de quicio.


Nicanor Parra