viernes, 28 de diciembre de 2007

Lawrence Durrell. Nada más...



Última entrada del año: Lawrence Durrell. Sin explicaciones.



Balada del psicoanálisis

Fragmentos de un libro de casos.

LUNES
Sueña que un negro retintamente negro la persigue
pero al caerse ante la cara de carbón corta el sueño;
algo tan largo y colgante como un acollador,
lento como un glaciar, frío como la cold-cream…
Algo dentro de ella comienza a gritar…

MARTES
Sueña que un hombre en camisón la persigue,
Lawrence de Arabia vestido con una sábana.
Después la tripulación de un Liberty Ship la encierra
con rollos y rollos y rollos de carne congelada
mientras las voces siguen repitiendo “come”.

MIÉRCOLES
Sueña que la esposan a un compañero de baile,
y la arrastran alrededor de una pista de patinaje.
Se traga el anillo de su dedo de casada,
cae a través del hielo pero no parece hundirse,
aunque empieza a encogerse su vestido de fiesta.

JUEVES
Sueña que es reina de una montaña de corcho,
demasiado caliente para sentarse, demasiado fría para usarla,
desnuda pincha con su tenedor para asar
una estatua de Venus allí reclinada,
con un anuncio que dice “no se carga nada por el desgaste”

VIERNES
Sueña que es una jauría de perros tirando del pobre Scott,
Desviada hacia los confines del Polo:
súbitamente el Ártico se vuelve una olla ardiente (sic)
y cuando llegan es sólo un vacío agujero.
Un geiser que silba en una montaña de carbón.

SÁBADO
Sueña que es reina cultural de una ciudad,
encantadora como Elena pero condenada a ajarse,
bajo sus caderas ruedan los grandes ríos
el Rhin y el Volga fluyen como aceite.
Hamlet le ofrece un florete botonado.

DOMINGO
¿Qué es lo que ella tiene que no tenemos nosotros?
¿No es acaso feliz y también encantadora?
Sueña que su marido es director de banco
encerrado en la casa de los monos del zoo.
He aquí el cuadro clínico, pero ¿qué podemos hacer?