miércoles, 5 de marzo de 2008

Frío polar en la Málaga popular

Un frente polar en Málaga. Me extraña, porque de ser cierto ya habrían puesto algo en el cespedcillo del Marqués de Larios, una gran bola de nieve, un muñeco fallero de Eolo o cualquier otra cosa, eso sí, custodiado por un policía local. Toda actividad reseñable de la ciudad se adivina en esa glorieta cuyo giro sólo está autorizado a los taxis. Voy a decirlo: yo creo que este frío no es del polopolo, que lo mismo viene de Rusia, Finlandia o las mismísimas Alpujarras y ya por eso no me hace la misma ilusión. He estado tratando de enterarme de este asunto -sin éxito- mirando en google y he encontrado cosas increíbles que no comprendo. Por ejemplo la siguiente imagen.



Explica el fenómeno meteorológico, pero a mí me parece que también puede explicar cómo actúa el peróxido de benzoilo sobre el acné juvenil o una crema anticelulítica sobre unas cachasanaranjadas. El hemoal tiene un dibujillo ilustrativo igualito, sí, y creo que el kaliaoxiaction, en este caso para que veamos cómo los principios activos atraviesan tejidos roñosos metiéndolos en luz. Los libros de historia también incluyen estos cuadritos para explicar las invasiones de unos a otros, el imperio romano o el turco, flechita. Austria y Hungría, avance de tropas. Flechitas. Muertos y vencidos.



Leopoldo María Panero, porque también hace frío esta noche en Budapest.

La contraseña era “Hace frío, esta noche, en Budapest”. Habían de encontrarse en el puente, a la una de la madrugada. Los ojos de Y. se hundían en la noche. Nevaba furiosamente. Se dieron la mano, habían esperado mucho tiempo para ese día. Sin embargo, de pronto el viento disolvió la niebla, y un sol ardiente cayó en la ciudad. No pudo pronunciar las palabras clave. Z. disparó seis veces, hasta que el cuerpo de Y., al caer al río, dejó un rastro de sangre sobre la nieve fresca.

Así se fundó Carnaby Street.