lunes, 26 de abril de 2010

Estado de(l) sitio

Andorra requiere cuidados: un pintor, un electricista, un fontanero, incluso –ya puestos- un ingeniero en telecomunicaciones. Evito llamar a nadie y, sobre todo, el enchufe en el que me puedo quedar pegada como una imbécil. Si la cosa empeora, diré que sufro un bloqueo internacional y quemaré el pasaporte. No quiero que intervenga la diplomacia, advierto. Ya me apaño sola (y las tardes son largas).



Interludio en Londres

Hibernamos entre ladrillos
Y vivimos al otro lado de las ventanas
Con mermelada y té a las seis
Indiferentes a lo que haga el viento
Indiferentes a los aguaceros
Que mitigan los huertos del año pasado

Y apáticos, con cigarros
Despreocupados, mientras por la calle la primavera sigue
Alentando los tiestos cubiertos de mantillo,
Y las molduras como flautas rotas en las ventanas de las
buhardillas.



T. S. Eliot

"Inventos de la liebre de marzo",
traducción de Dámaso López García.
Ed. Visor.

lunes, 19 de abril de 2010

Hogares

Debo contestar emails, pido disculpas. Esta semana me pongo. Llevo unos días desconectada del mundo. Cada día corto más hilos: llamadas, citas, periódicos… Aprueban el reglamento de disciplina urbanística y me entero la última. Sí, ya sé que no va a pegar a la puerta de mi casa un apuesto testigo de Jehová para traerme la última palabra sobre la perversión urbanística. Lo sé, pero me quejo, porque es gratis. Dice la noticia que el reglamento llega treinta años tarde, así que tampoco merece la pena darle más vueltas al asunto, aunque sí a ese tiempo de espera. Nadie aguanta tanto: quince minutos, seguro; veinte minutos, puede. Treinta años de espera, imposible. Ese redactor es de tecla fácil y no sabe de cuántas horas está hablando.

Al margen de esta diatriba, después de muchos días sin saber nada, salvo que llueve, esta tarde abrí El País y me topé con ‘La nube de ceniza altera la agenda global’. ¿Qué ha pasado? Tampoco nadie me ha informado de esto. Leo que Juan Carlos I no ha podido acudir al cumpleaños de la Reina Margarita de Dinamarca (!). Sigo leyendo… 'Conciertos sin músicos'. No leo más. Ahí me quedo, en esas tres palabras. Una nube que traga músicos… Como ya no permito comentarios, me entrego a estas frivolidades. Seguramente se trata de una catástrofe colosal, no lo sé, no le leído más, insisto. Sinceramente, más allá de esos músicos fantasmagóricos, no me interesa casi nada. Bueno, también me interesa el titular que aparece asociado a esta noticia que dice “Observa la evolución de la nube, (Universidad de Aarhus)”. –Observo, observo-. Es aquí. Un mapa de Europa con flechas, sin indios, y una mancha que oscila.

Mañana volveré a decir que el blanco es bonito, que no he tenido pesadillas, y que una farmacia es un oasis en el que me quedaría mil horas, sentada en el banquito para donde se toma la tensión, sin decir nada, 2010


Szymborska, inevitable, otra vez:

NUBES

Con la descripción de las nubes
debería darme mucha prisa,
después de una milésima de segundo
dejan de ser ésas y empiezan a ser otras.

Es propio de ellas
no repetirse nunca
en formas, matices, posturas y orden.

Sin la carga de ningún recuerdo
se elevan sin problemas sobre los hechos.

¡De qué van a ser testigos!,
en un segundo se disipan en todas direcciones.

En comparación con las nubes
la vida parece tener los pies sobre la tierra,
se diría que es inmutable y prácticamente eterna.

Frente a las nubes
hasta una piedra parece un hermano
en el que se puede confiar
y las nubes, nada, primas lejanas y frívolas.

Que exista la gente si quiere,
y después que se muera uno tras otro,
poco les importan a las nubes
todas esas cosas
tan curiosas.

Sobre toda Tu vida
y también la mía, aún incompleta,
desfilan pomposas igual que desfilaban.

No tiene la obligación de morir por nosotros.
No necesitan ser vistas, para poder pasar.

martes, 6 de abril de 2010

Seguir un buzón


Hay días y días. También hay días… Hoy, por ejemplo, es un día. (En realidad, aunque parezca increíble, siempre es un día, pero eso es otro tema).

Últimamente tengo que salir de Andorra de vez en cuando para hacer cuatro cosas que bien podría hacer en mi nombre cualquier persona sensata a la que yo otorgara poderes, pero no, sigo sin mayordomo y sin secretaria personal. ¡Bah! Quiero contar, orgullosa, un par de tonterías. La primera: que un policía local me ha increpado esta tarde –con más razón que un santo- por bloquear el carril de una calle de doble sentido y –con razón yo también, sentada en el asiento del conductor- le he soltado, a gritos, que “no puedo mover el coche si no tengo las llaves; mi padre se las ha llevado y me ha dejado aquí encerrada como a un perro”. Jamás pensé que era tan fácil llegar al corazón de un municipal. El agente se ha ido conforme sin decir ni pío. Es para flipar, sí. (A ver si el cambio climático, Dios y la llegada del hombre a la Luna van a ser verdad). En cualquier caso, desde aquí invito a los cuatro gatos que leen estas líneas a bloquear carriles y putear al municipal que se le acerque. He comprobado que no pasa nada. La segunda tontería supera la anterior: me han publicado un libro de poemas. (Oh, ah, diría Martin Wittford. Love you, añado yo). En fin, desde aquí mando un mensaje a mi madre para que le regale el librito a mis tías y tíos, que son la tira: prometo leerte a Pío Moa en voz alta mil veces más, chiquita mía, y quejarnos juntas, indignarnos, escribir cartas al director de El País, ¡lo que quieras!

Esto… Ya sabemos que a mí sólo me conocen en mi casa a la hora de comer, es evidente, pero es posible que algún curioso quiera saber qué más cosas hago además de vivir en Andorra y desvariar: “Seguir un buzón”, Editorial Renacimiento.





¡Ah! Recientes e innegables influencias maternas en mis lecturas han hecho de mí una cafre que no tolera comentarios en el blog, ni buenos ni malos. Siempre hay consuelo: tengamos presente que Nati Abascal nos quiere a todos –a mí me hace la vida más llevadera, la verdad-. Nati y los antidepresivos de nueva generación, confieso.

Se acabó el rollo.

Ojos, lentillas, sueño.

Virginia

lunes, 15 de marzo de 2010

Naranja butano


Ni me he pegado un tiro ni teclea esto mi albacea. Sólo he pasado un tiempo en un paraíso fiscal, sin hacer mucho ruido. He descubierto que se puede vivir una semana con tres mandarinas, es decir, que se puede uno alimentar de ellas sin pasar graves penurias, o ponerles nombres cachondos y hablarles, que también. Yo creo que lo suyo es hacer las dos cosas. Se les pone nombre el lunes y se empieza a negociar con ellas a partir del martes: aclaramos cuál es la situación, se desdramatiza un poco con un "no somos nadie”, “estamos aquí un rato” o, sólo si sabemos citar con corrección a Horacio, es posible soltar eso de "carpe diem quam minimum credula postero". Esto último consuela mucho al cítrico si es de letras y ha recibido una sólida educación cristiana, lo he comprobado durante estos últimos cuatro meses. No me quiero enredar mucho: las mandarinas fueron cayendo, no creo que sea preciso aclararlo, pero a veces puede leer este blog algún alma cándida o cualquier criatura sin escolarizar con una erección por atender que vaya buscando información sobre el dichoso cam4. Le pido sinceras disculpas a este hipotético segundo lector por no poder prestarle la ayuda que merece. Aquí no es eso, ya ve. Google es muy puto y le ha traído hasta aquí, pero está usted a sólo dos clics del cielo. Esto no es el cielo, es sólo un deprimente paraíso fiscal, y yo tengo mucho sueño. Hoy he vivido dos veces el día. Me he despertado “mañana”, en lugar de “hoy”, por una expropiación forzosa. Muy forzosa. No miento. Tengo mucho sueño. Iba a explicar con detalles cómo es mi penoso paraíso fiscal, no sea que alguien piense que esto es la repanocha y me envidie a tontas y a locas o quiera instalarse aquí. No mola Andorra. Mi diccionario no es ilustrado, pero sirve para hacerse una idea:

Paraíso.
(Del lat. paradīsus, este del gr. παράδεισος, y este del avéstico pairidaēza, cercado circular, aplicado a los jardines reales).
~ fiscal.
1. m. País o territorio donde la ausencia o parvedad de impuestos y controles financieros aplicables a los extranjeros residentes constituye un eficaz incentivo para atraer capitales del exterior.

No tengo portero electrónico ni cojo el teléfono. Poco más.

Así está bien.


Esto no son tres mandarinas, 2010

jueves, 5 de noviembre de 2009

Azul Klein

El universo se expande, Borja Thyssen desconoce la magnitud de su herencia, la antena de televisión de mi comunidad no pilla el canal Cuatro de la televisión británica, las temperaturas bajan mes a mes, el ventilador ya no está en el pasillo, la ropa tendida tarda en secarse una eternidad, el teléfono fijo suena una y otra vez dentro de un cajón, el cambio climático no nos sentencia de una vez, mi hermano ha vuelto a la universidad, los movimientos de mi cuenta corriente sólo reflejan gastos, y yo, cada día más pálida y maniática, no me molesto en buscar un trabajo digno. Sólo.




Azul y más azul, 2009





No sabemos


No sabemos muy bien cómo se mueven
los dioses. No se dejan
últimamente ver. Pero podemos
hacernos una idea:
no como los pesados sacerdotes
de las tres religiones reveladas.
Más bien, se moverán
como estos dos que vuelan
-salto sincronizado masculino-
desde un trampolín único
y el aire los espera y el agua los espera,
azul y más azul.
En cuanto a nuestros dioses,
si deciden volver,
estamos preparados para reconocerlos.

Juan Antonio González Iglesias
Olímpicas, Ed. Gaviero.

martes, 27 de octubre de 2009

Últimos días de octubre. Esto no es Noruega.

Ha llegado el momento de decidir si pijama o colcha. Mi indecisión trajo un dolor de garganta y oídos que convertiré en una escandalosa y fingida gripe A o en un resfriado vulgar y corriente, según las ganas de cuento que tenga.

Después de pasar más de un mes sorteando el ventilador en el pasillo, por fin lo bajé al trastero. Llevaba dos semanas mentalizándome para ese duro trance y pensando que, de algún modo, estaría un poco más cerca del verano si lo dejaba por medio. A punto estuve de subir la estufa, aprovechando el viaje, pero al final decidí guardar dos semanas de medio luto antes de meter por las puertas a la femme infame. Qué menos.

Han cambiado la hora y yo me resisto como puedo. Intentaré vivir dos o tres días más con la hora de antes en señal de protesta por tanta noche, sin título, ocupando tardes. Ya sé que es para nada.





De cinco a siete, 2009












No todos los días el mundo se ordena en un poema.
Wallace Stevens

viernes, 23 de octubre de 2009

La naranja mecánica, hoy.




Película

El sol de la tarde
detrás de la esquina de la ciudad,
y cada segmento de piel,
y cada pensamiento
quedan sobreexpuestos,
y nada se puede ocultar
porque todo sale a relucir:
las cartas sin respuesta,
la ingratitud,
una memoria corta.

Piotr Sommer


Seis poetas polacos contemporáneos, Ed. Ril.

sábado, 17 de octubre de 2009

Querencias

1.- Antes, cuando era un ama de casa ejemplar, bajaba a comprar el pan y el periódico a diario; sin peinarme, con el chándal naranja (o con el verde), cinco euros y sueño. Cruzaba un par de veces la carretera: para un lado, el periódico, para el otro, el pan, y vuelta a casa. Ese recorrido ahora sólo lo hago los sábados y, rara vez, algún domingo. Si enmoquetaran en verde el tramo que comprende calle La Victoria, Ferrándiz y Compás, podríamos decir que para leer la prensa y desayunar realizaba yo, una y otra vez, la misma tirada de billar -una repetida y casi exacta carambola que me llevaba de un primer golpe a Periódicos Antonio y a Panadería Loli y, de un segundo, directa, a mi casa-.


Pan, Abc y El País, 2009


2.- Poco a poco, a base de pereza, principalmente, se suelen cambiar los hábitos. No, no he dejado de leer periódicos –digitales- ni de desayunar pan –congelado-. No sé si Fray Luis de León aprobaría estas nuevas costumbres. Mi madre, desde luego, no concibe lo del pan congelado. Menos aún, una fantástica sopa de sobre.


3.- Camilo de Ory, “Sopa de sobre”, Ed. 4 de Agosto.



DE LA GRATITUD A LA COMPASIÓN


1


Al mago juvenil
que deslumbra a las viudas y a los niños
y hace volar palomas y despliega
abanicos de naipes en el cielo
y corta a una muchacha en dos y sabe
qué número has pensado y que sonríe
y finge reverencia.


2


Al perro
consciente en su torpeza de que aún
ignora las palabras de los hombres.


3


Al náufrago novel
que flota a la deriva en el océano
asido al tronco hueco de su duda.


4


Al ruiseñor caduco
que ve que un huracán le roba el nido
y no sabe qué hacer con sus recuerdos.


5


A la mujer sin piel
que deja que el día se le mate
como un bebé resbaladizo en casa.


Camilo de Ory, "Sopa de sobre". Ed. 4 de Agosto.

domingo, 11 de octubre de 2009

Reacciones (in)sustanciales

1.- Ya era hora. Por fin puedo dedicarme de lleno a la tontería. -No, lo de antes era a tiempo parcial; ahora esto es en cuerpo y alma-. Tengo que aclarar antes, es fundamental, que me costó sangre aprobar la química de segundo de BUP y que sólo recuerdo hilachos de la tabla periódica. Hace ya, creo, quince o dieciséis años de aquello, y mi relación formal con las materias primas de los laboratorios ha quedado reducida a un “buenos días” al entrar en la farmacia. Declarada mi ignorancia, sigo.

2.- Youtube, ese bolso de Mary Poppins. Formulo a mi aire: el tiempo (t), más el aburrimiento (a), más una conexión a internet más o menos decente (ci+-d) pueden abrir ventanas a otros mundos más allá del porno (vom+ap). -Sí, a mí también me costó creerlo-. Digo esto por la serie de vídeos que dejo a continuación. Cinco desencuentros: litio, sodio, potasio, rubidio y cesio, todos ellos, uno a uno, versus agua.












3.- ¿Francio? Señores, es radioactivo, ¿para qué queremos más? Se nos encadenan tres hippies a poco que nos descuidemos. Francio. Googleo:

Se distingue por su inestabilidad nuclear, ya que existe sólo en formas radiactivas de vida corta; el más estable tiene una vida media de 21 minutos. El principal isótopo del francio es el actinio-K, isótopo de masa 223, el cual proviene del decaimiento del actinio radiactivo, de las propiedades conocidas, es muy probable que ninguna forma de vida larga del elemento 87 se encuentre en la naturaleza o sintetizada de manera artificial.

¿Vida corta? ¡Jamás vi despreciar de manera tan grosera veintiún minutos de mullida estabilidad! ¡Bah!

4.- Lucas Martín. “Anotaciones a la gran ópera del pequeño Alprazolam 0,5”. Ed. Alfama.


Naturaleza muerta con diagrama de mujer y nube

como la lucidez/
como un amanecer a la baja/
como el idioma/
la sangre / el calendario / o la espera/
el horror está lerdo de expresión
y repleto de complementos/
te miro desnuda / y está bien o mal / o cuándo
y claro / tú no eres uno de ellos/
tus pies son hermosos para amordazar certezas pequeñitas/
para la tristeza capicúa que nace en persia/ o en la desaparición
y termina en la caja del lucero/
al lado de los párpados/
las balas / los sistemas/
razón de mar / dardo / vagina/
mi pequeña siberia:
tu cuerpo te tiene prendida por los ojos/
no / definitivamente / tú no tienes alma de complemento
ahora estoy lejos/
a solas con una jirafa que simula el galope/
de lo que queda más arriba/
de los días supermercados/
de las pocas ganas / y del tiempo/
me masturban los ecos de los aeroplanos/
el ámbar / la tortura/
la venta personal de cadáveres/
la tarde que encontré a tus muñecas
en litigio súbito con los hábitos de las arañas/
ahora estoy solo / y creo / y no creo/
me preocupa el acento de tus pantalones/
su programa de urbanismo para unas piernas
a punto siempre de gemir su primer sintagma/
Estamos desnudos / terribles/
libres de cadencias y de adornos/
solícitos al tacto del dolor/
esperando tantísimo
el simulacro del amor y del fragmento/

lunes, 5 de octubre de 2009

Delirio climático.

Nada mejor que despertar con un buen titular que nos deje atados de pies y manos a merced de un gran desastre natural más o menos inminente: El cambio climático golpea de lleno a Málaga. Pero, antes de seguir, me quito el sobrero -o la pinza del pelo, para no mentir- ante el redactor de esta fabulosa frase apocalíptica de ocho palabras. Inspira temor a cualquier vecino, desde El Palo a Puerta Blanca, pasando por Ciudad Jardín y La Victoria. Creativos de la ciudad: creo que esto da para un corto. Sin bromas, hablaré con mi hermano por si se anima. Seguro que hay subvenciones, niño.

Todo el mundo sabe que aquí estamos acostumbrados a males más domésticos: la mítica ola del melillero, que cada invierno el temporal se coma esos cuatro palmos de arena en polvo que forman las playas de la ciudad, la semana de feria o, como mucho, que de vez en cuando detengan a la plana mayor de alguna que otra corporación municipal de la costa por asuntos urbanísticos sin importancia. Pequeñas cosas. Ya era hora; por fin -qué potra- el Apocalipsis con butaca de primera fila.




Tu papel es importante, o el vidrio con el vidrio, 2009





Es una gran suerte


Es una gran suerte
no saber con exactitud
en qué mundo vivimos.

Saberlo exigiría
existir mucho tiempo,
mucho más
de lo que él dura.

Conocer otros mundos
siquiera para compararlos.

Elevarse por encima del cuerpo,
maestro indiscutible
en establecer límites
y presentar dificultades.

Por el bien de la ciencia,
por la claridad de la imagen
y de las conclusiones definitivas,
alzarse por encima del tiempo
en cuyo seno todo fluye y gira.

Desde esta perspectiva
adiós para siempre,
detalles y anécdotas.

Contar los días de la semana
debería parecer
una actividad sin sentido,

echar una carta al buzón,
una travesura de adolescentes,

el letrero “No pisar el césped”
una advertencia delirante.

Wislawa Szymborska, Fin y principio.
Ed. Lumen.

sábado, 3 de octubre de 2009

Desayuno

Posibilidades, 2009

Soy mágica. He logrado que mi marido atraviese la puerta del dormitorio cada mañana convencido de que se encuentra en el Café Central. Todos los días, a eso de las nueve, llaman a la puerta un jubilado, un matrimonio joven y una estudiante de psicología. Toman asiento en mi salón, comienzan a desayunar, a leer el periódico y a comentar el “españoles por el mundo” del día anterior. Yo pongo la tele sin volumen, para crear el ambiente perfecto. Cuando el bullicio es ya el adecuado, entro en el dormitorio y lo despierto abriendo un poco la ventana. A los cinco minutos sale del cuarto arrastrando los pies y saluda a los presentes con desgana. Le tengo dicho que sea más educado, que estos cuatro pobres vienen a diario con una puntualidad inglesa y que bordan siempre sus papeles. “No es justo dedicarles un ‘ehnosdías’ mientras te desperezas como un mono”, le digo. Él asiente con la cabeza, se ríe y me pide que adivine qué va a desayunar. “Mitad doble y pan con aceite”, digo. Siempre acierto.


lunes, 28 de septiembre de 2009

Y sin embargo...

Que sí, que ya sé que las revistas están pasadísimas, que el cese temporal de la convivencia de doña Elena empieza a ser eterno y que Nati Abascal nos quiere a todos, pero es lo que hay. Además, me da pereza reciclar y desconfío del negocio montado alrededor de la deforestación del planeta, así que, por favor, sigan pasando estas sobadísimas páginas.

Reconozco que cuando me pongo a limpiar no voy mucho más allá de lo que ve la suegra y, en este caso, la mía está muy cegata, de modo que más que zafarrancho esto ha sido un corre que te pillo bastante fullero para salir del paso. Como siempre. Con tiempo, ya iré colocando todo en su sitio.

Pongo la primera piedra: Pere Calders, “Ruleta rusa y otros cuentos”, Ed. Anagrama. Gracias, Martin.

Coloco la segunda: un móvil de Calder. Tan frágil.






Las manos en los bolsillos: prohibido tocar, 2009.


Y, sobre una tercera, inmóvil, Fonollosa:


Y de pronto una voz, mirada, un gesto
tropieza con mi idea de mí mismo
y veo aparecer en el espejo
a un ser inesperado, insospechado,
que me mira con ojos que son míos.

Ese desconocido que yo soy.
Ese al que los demás se dirigían
al dirigirse a mí, sin yo saberlo.
Ese irreconocible ser inmóvil
que inspecciona mis rasgos hoscamente.

En vano apremio al otro, el verdadero,
a aquel que unos segundos antes yo era.
Sólo está frente a mí, con ceño adusto,
ese desconocido inesperado
que me mira con ojos que son míos.


Destrucción de la mañana, José María Fonollosa, Ed. DVD.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Aviso:

Por favor, levanten los pies y lean una revista. Tengo que pasar la aspiradora.



martes, 1 de septiembre de 2009

300 gramos de arroz y 300 gramos de virtud.


Mi madre me regala pendientes de perlas y trajes de chaqueta con la esperanza de verme aparecer por la oficina como recién salida de una serie de abogados. Yo busco el término medio y ni asomo en plan antiglobalización con el pelo recogido con un lápiz ni me entrego a la falda recta por la rodilla. Hoy, ilusionada con hacer de mí una esposa ejemplar, se ha superado. Me ha regalado tres cajas diferentes, tres, de “Paellero Carmencita”. ¿Sobre qué he de jurar, sobre el legendario manual de cocina de la sección femenina? Juro. Con estas tres cajas podría condimentar un arroz para quinientos comensales, calculo. “¿No te ha dado ahora por hacer paellas?”, pregunta. “No, que yo sepa. Hice un arroz la semana pasada por probar y porque tenía macarrones del día anterior como plan be”, le digo. “Pues eso, que te ha dado por hacer paellas”.


Las cajitas de especias son lindas, traen recetas en el reverso que no me hablan en imperativo, y yo eso lo valoro.



"Chica, ¿dónde quedó tu Derecho Eclesiástico?", 2009




EN QUE SE HABLA DE LAS LEYES Y CONDICIONES DEL ESTADO DEL MATRIMONIO Y DE LA ESTRECHA OBLIGACIÓN QUE CORRE A LA CASADA DE EMPLEARSE EN EL CUMPLIMIENTO DE ELLAS.

Este nuevo estado en que Dios ha puesto a vuestra merced, sujetándola a las leyes del santo matrimonio, aunque es como camino real, más abierto y menos trabajoso que otros, pero no carece de sus dificultades y malos pasos, y es camino donde se tropieza también y se peligra y yerra, y que tiene necesidad de guía como los demás; porque el servir al marido y gobernar la familia y la crianza de los hijos, y la cuenta que juntamente con esto se debe al temor de Dios, y la guarda y limpieza de la conciencia (todo lo cual pertenece al estado y oficio de la mujer que se casa), obras son que cada una de por sí pide mucho cuidado, y que todas juntas, sin particular favor del cielo, no se pueden cumplir. En lo cual se engañan muchas mujeres, que piensan que el casarse no es más que dejar la casa del padre y pasarse a la del marido, y salir de servidumbre y venir a libertad y regalo; y piensan que con parir un hijo de cuando en cuando, y con arrojarlo luego de sí en los brazos de un ama, son cabales y perfectas mujeres. (...)

La perfecta casada, Fray Luis de León



martes, 26 de mayo de 2009

El año del buey


2009 ha sido declarado por la ONU ‘año de la astronomía’. No sé cómo se acuerdan los años monotemáticos. Me imagino que habrá un bombo gigantesco que contiene todos los temas que son susceptibles de reinar un año y que éste es movido por un motor que funciona tirando de energía nuclear. Después de muchas vueltas el bombo se para y sale una bola diminuta –clonck- que va a parar a manos de un señor trajeado que por fin dice a la humanidad qué es lo que se celebrará en todos los lugares del mundo durante los próximos trescientos sesenta y cinco días. Las caras serán de satisfacción cuando salga algo sencillo como ‘matemáticas’ o ‘planeta tierra’ y de circunstancias –‘¿quién ha metido esto?’- cuando salga ‘heliofísica’ o ‘fibras naturales’. Pero volviendo a la astronomía, que es lo que me tiene realmente fascinada, me pregunto cómo es posible que al leer la página diaria que El País dedica a la astronomía encuentre cierta paz espiritual similar a la que podía encontrar en misa de ocho, mil años ha. Los textos son absolutamente místicos, invitan al recogimiento interior y exigen férrea fe por parte de los lectores. Leo ‘Marte era húmedo y frío’ y lo creo a pie juntillas, tal y como podía creer a mi catequista cuando nos leía un fragmento del Antiguo Testamento. Ojeo el reportaje sobre el asteroide Apofis titulado ‘La amenaza viene del espacio’ y es volver a sentir ese familiar temor apocalíptico. Me sumerjo en ‘Grandes nombres de la astronomía. Conozca las vidas de los científicos que transformaron la visión del mundo’ y encuentro que no es más que la remasterización de ‘Vidas ejemplares’. Quien no tiene una vida metafísica es porque no quiere.


Este cúmulo, compuesto por unas 500 estrellas, está situado a unos 450 años luz de la Tierra y tiene un diámetro de unos 12 años luz. No lo discuto.




Ida Vitale, estelar.



Tortuga



…and ligthed
the little O, the earth…
W. Shakespeare



La velocísima tortuga ya puesta en órbita
se inclina –cómo dudarlo-
a desdeñar el lento mundo,
mota dormida en su rutina,
que allá en el suelo de la noche
gira en su calma,
como si fuese dable olvidar
que en las lagunas del alto cielo,
yo,
la tortuga,
reino sola.

Ida Vitale

(De Léxico de afinidades)

lunes, 13 de abril de 2009

Nuevas cartografías


Igual que antes comenzaba cualquier cosa diciendo “ya sé que el office no es original”, ahora no hay línea que no empiece con un “bah, esto es sólo una tontería”. Hecha la advertencia, puedo seguir.

Como siempre, he padecido la Semana Santa que he querido: sin poder entrar o salir por el Amor, el Rescate o el Calvario –metafórica y literalmente todo-. Con este plan, decidí irme cantando bajito en busca de suelo no urbanizable de especial protección –comúnmente llamado “campo”-, aunque el chirrido rueda-cera-asfalto jodiera un poco mis silenciosos propósitos. Llegué, protagonicé un remake del almendro en plena primavera, dije “hola, padres: hay Semana Santa ahí abajo: asilo”, y me instalé con todos mis bártulos. Aquí cada uno va a su aire, coge espárragos, pasea, duerme, lee, programa, nada o nada de nada, sin que nadie diga ni pío. A mil metros sobre el mar y con una conexión a internet que pende de un hilo o microonda, leo los periódicos digitales, que quizás por la altura me parecen más fantásticos que nunca. Hace dos días leía que apenas 118 kilómetros más arriba–uno menos para mí por estar en lo alto de este cerro- se encuentra la frontera del espacio. Oh Hubble. Stop. Que nadie siga leyendo. Una pausa para pensar que a sólo 118 kilómetros está la frontera del espacio. Flipante. Ahora sí, continúo. Dice la noticia que todo este tinglado permitirá estudiar los fenómenos físicos que dan lugar a las auroras. Bueno, me parece bien, creo que últimamente hay mucha estafa con todo esto, ya se sabe, mucha aurora photoshopeada de fondo de escritorio; merece la pena aclarar este asunto cuanto antes, sin duda. Por favor, no más tuning interestelar y que se mida con la mayor precisión posible los límites de esta frontera planetaria. Yo, a falta de una cinta métrica apta para este fin, he medido con google earth esos 118 kilómetros de acá y para allá para ver dónde me planta la nueva medida espacial, por si pudiera aclararme algo. He comprobado que a una frontera del espacio se encuentra Sotogrande o Albolote. Más allá, dicen, sólo los violentos flujos espaciales a más de mil kilómetros por hora. Otro silencio. ¿De qué calibre serán allí los portazos? (Ya advertí que era una tontería).




"¿Verdadera aurora?", 2009

Sin pamplinas, Don Ángel González.




Preámbulo a un silencio

Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas
a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol
-en verano-
y se calla.

(¿Dije tranquilamente?: falso, falso:
uno se sienta inquieto haciendo extraños gestos,
pisoteando las hojas abatidas
por la furia de un otoño sombrío,
destrozando con los dedos el cartón inocente de una caja de
fósforos,
mordiendo injustamente las uñas de esos dedos,
escupiendo en los charcos invernales,
golpeando con el puño cerrado la piel rugosa de las casas que
permanecen indiferentes al paso de la primavera,
una primavera urbana que asoma con timidez los flecos de
sus cabellos verdes allá arriba,
detrás del zinc oscuro de los canalones,
levemente arraigada a la materia efímera de las tejas a punto
de ser polvo.)

Eso es cierto, tan cierto
como que tengo un nombre con alas celestiales,
arcangélico nombre que a nada corresponde:
Ángel,
me dicen,
y yo me levanto
disciplinado y recto
con las alas mordidas
-quiero decir: las uñas-
y sonrío y me callo porque, en último extremo,
uno tiene conciencia
de la inutilidad de todas las palabras.

lunes, 6 de abril de 2009

En abril: sopa (de poetes)

A ver cómo retomo esto…

—Leed, pues, estos versos —concedió el Rey.
El Conejo Blanco se caló las gafas y preguntó:
—¿Por dónde quiere su Majestad que comience?
—Comienza por el comienzo —le dijo el Rey, con toda gravedad—; continúa con la continuación y finaliza en el final. Y luego párate.

Sin proponérmelo, cojo el hilo donde lo dejé, más o menos. Lo primero es lo primero: las gracias a los soperos. Mil quinientas gracias por ese patocuchara que ya he puesto ahí al lado, junto a mis lemas domésticos. Un honor. Continúo con las disculpas por este silencio prolongado, creo que no tengo excusa. Y finalizo con un “intentaré ser lo aplicada que solía y tal”. Me paro.

Besos a punta pala,

SDUC

domingo, 1 de febrero de 2009

De infamias y estufas. (Robert Walser)


Estoy hasta las narices de leer en las solapas de los libros que el autor tenía la pelota empeñada en un quinto piso. Ha llegado la cosa a un punto en el que sólo me sorprendo cuando de la lectura de la biografía deduzco que el escritor gozaba de una razonable y vulgar salud mental. Que ya está bien, que es como pedir con un perro, por favor. Que voy a comprar el libro sí o sí, no hace falta entrar en las flaquezas y miserias de la gente. Digo todo esto porque hamo a Robert Walser y me he topado esta noche con lo siguiente:


“Vida de poeta”, Ed. Alfaguara, Robert Walser (texto íntegro):


Nació en Biel (Suiza) en 1878. Con permanentes problemas económicos y sin un trabajo estable, vivirá en Stuttgart, Zúrich, Berlín y Berna. A partir de 1925 se manifiestan en él los primeros síntomas de su locura: alucinaciones, terrores nocturnos, embriaguez y agresividad. En 1929 ingresa en el manicomio de Wandau. Morirá en Herisau, durante un paseo, el día de Navidad de 1956.


Vamos a ver. ¿Quién ha redactado esto? ¿Su despechado psiquiatra porque le dejó a deber las tres últimas consultas o un ex-redactor de Pronto –murió dando un paseíto el día de Navidad-?

Afortunadamente, en el interior…


Discurso a una estufa


Una vez pronuncié un discurso a una estufa y quisiera transcribirlo aquí hasta donde lo recuerdo de memoria.
Asaltado por toda suerte de pensamientos iba un día de un extremo a otro de mi habitación. En cierto modo me había extraviado, perdido, y hacía grandes esfuerzos por orientarme de nuevo, lo cual me costaba numerosos suspiros; era, eso sí, absolutamente incapaz de disimular que estaba angustiado.
Y entonces vi a la estufa sonreír sarcásticamente desde su imperturbable quietud estufesca.
“A ti no te afecta nada”, le grité furioso y con sincera indignación, “no estás sometida a ningún tipo de excitación. La inquietud no te atormenta ni te afligen las calamidades.”
“¿No es acaso cierto, so pasmona e insensible majadera, que al no tener capacidad ni, por lo tanto, necesidad alguna de moverte, te imaginas que vales una enormidad?
“Como eres una pasmona burda e insensible, te crees grande.
“¡Vaya grandeza!
“Como desconoces cualquier tipo de tentación, te crees una mujer modelo.
“¡Vaya feminidad!
“No sentir nada, contonearse como una osa gruñona o una elefanta parece ser tu concepto de feminidad.
“Como nunca en tu vida has pensado en algo más profundo, tienes el descaro de burlarte insensatamente de quienes deben enfrentarse a toda suerte de dudas y escrúpulos.
“¡Valiente amiga eres tú!
“Es muy evidente que, hasta ahora, el mundo te ha echado en falta. En ti y en tus semejantes bien puede confiar el mundo.
“Como no necesitas luchar ni combatir, te consideras perfecta.
“Como nunca has condescendido en nada ni te has dejado ver allí donde hombres y corazones son puestos a prueba, te figuras estar libre de toda flaqueza, por lo que te permites señalar con el dedo a quienes, arriesgándose a entrar en el campo de batalla, sacan a la luz sus flaquezas y errores.
“Cobarde rebosante de energías que no se atreve a moverse para no tener que revelar dónde están sus defectos: avergüénzate de no haber tenido que avergonzarte jamás ni un poquito; quien no sabe lo que es dedicarse a una causa justa tiene el corazón cubierto de grasa y la buena voluntad asfixiada.
“Quiero que sepas que más que cualquier buena reputación me importa mi tarea, para mí más importante que la necia fama de no haberse equivocado nunca.
“Quien nunca se equivoca es probable que jamás haya hecho nada bueno”.


R. Walser







"La femme infame", 2009

jueves, 29 de enero de 2009

29/01/2009 (Mi escritorio)




En plan exhibicionista muestro un trozo del escritorio de mi portátil. Sólo un trozo. El resto es una pura cama sin hacer: carpetas vacías con títulos que no recuerdo haber puesto, accesos directos a programas que no sé qué hacen por mí, documentos colgando que esperan su archivo…

15 º a las doce menos cuarto. Ya no me tengo que vestir y desvestir entre gritos laputaqueparió, etecé. Nunca pensé que un invierno podría encabronarme tanto. Fonollosa, para dulcificar.


Rambla de Santa Mònica 4

La ciudad está llena de caminos.
Todos son buenos para escapar de ella.

No importa adónde vaya. En cualquier lado
hay sendas que conducen a otra parte.

El lugar nunca importa. Es otro sitio
-otro siempre- el objeto de mi viaje.



José María Fonollosa
Ciudad del Hombre: Barcelona

lunes, 26 de enero de 2009

Olas y abrigos

Sobrevivo a las cinco olas de frío que dicen que hemos padecido hasta el momento; creo que, sencillamente, podrían decir que estamos pasando un invierno muy puto, sin más, pero esos detalles gustan, rellenan páginas de diarios y, para el que viva en comunidad con ascensor, le da la conversación suficiente para pasar el trance con el vecino que se tercie hasta que Otis abra la puerta. Seis grados, cinco olas. Calcetín, otro, camiseta, pantalón -¿lobo, estás…?-, camisa, chaqueta, bufanda, abrigo. Frío.

Además de coger las escaleras siempre –por razones que dan para un ensayo-, estos días he estado leyendo a un austriaco que me ha encantado: Erich Fried. Cosas como este poema a un huevo-cebolla, con trama y desenlace sorprendentes que no destripo:

Cuando pelaba el huevo
que a pesar del agua fría
casi me quemaba los dedos
encontré una segunda
cáscara,
un huevo en el huevo
y demasiado caliente:
Soplar no servía.
Tuve que esperar
y mientras tanto
se me quitó el hambre

(…)


Vuelvo al frío de los mismísimos y dejo un malentendido ilustrado, si es que se puede.


Malentendido de dos surrealistas

Para Katja Hajek



“está lloviendo”
dijo
“unos hombres con abrigos negros
están pasando por allí”
dijo

pero Magritte
ya no la oía
tan bien
(porque lo dijo años después
de su muerte)

Con lo que no oyó
sus cuatro últimas palabras
y sólo entendió
“está lloviendo hombres con abrigos negros”
Y lo pintó



Erich Fried
"Es lo que es"
La poesía, señor hígado


sábado, 17 de enero de 2009

Un ludópata en casa: consejos inútiles

Tiro de la manta:

Todos mis conocidos viven entregados en cuerpo y alma al vicio.

Sí, incluyo a mi santa madre, primas, suegra, hermano, amigos, cuñadas y parientes colaterales hasta el tercer grado. Desde que vendieron sus almas a la desquiciante PS3, a la mortal X-BOX o al ludopatizador de madres, tías y abuelas DS estos individuos ni duermen, ni pintan, ni escriben, ni hacen croché, ni siguen indagando sobre los flecos del 11-M. Terrible, sí. Sus vidas giran ahora en torno a un juego de bolitas que se agrupan por colores y/o un rollo psicotécnico disfrazado de eficaz antídoto contra el alzhéimer.

Pero hay que empatizar cuanto antes, por eso, si en su casa se ha instalado un yonqui del entretenimiento virtual, por favor –le habla la sufrida voz de la experiencia- no trate de pedirle que le pase la consola para echar una partidita rápida ya que, ante este brutal estímulo-petición-amenaza, es posible que colapse, fulmine con su mirada láser al primer ser vivo que se le cruce o, en un momento dado, le dé un repaso a sus muertos más frescos, que pueden coincidir plenamente con los suyos si se trata de alguien con quien comparte ADN. Tampoco –esto es importante y es fácil caer- debe mencionarse la posibilidad de pulsar la tecla “pause” para interrumpir su gozo y poner por delante un plato de comida caliente porque, al parecer, ellos leen “apocalipsis” en ese botón – es una especie de dislexia aún poco estudiada-. No lo podemos olvidar: el paso de pantallas y un enchufe cerca para recargar baterías y mandos componen el sustento de estas criaturas. Bueno, eso y un poco de comprensión, porque al fin y al cabo están jugando un partido de fútbol decisivo en la historia del deporte, degollando mendigos y frailes en pleno medievo o, en el mejor de los casos, extorsionando narcos en Brasil.

Amor, ¿ha caído ya el cártel?

El maridoquenotengo, recuperándose aún de la malaria, salda cuentas mientras preparo una dorada sobre lecho de patatas y tomates. 2009

lunes, 5 de enero de 2009

Ascó-Vandellòs: la serie



Llevo un año siguiendo esa novela por entregas que está siendo Ascó-Vandellós, sucesos nucleares paranormales al minuto. Algo mágico se cuece allí. Las noticias parecen sacadas del guión de una película serie B ambientada en una versión distópica de la Tarragona del siglo XXXV, con explicaciones técnicas que uno da por buenas al no alcanzar a comprenderlas ni remotamente. Casi no necesita tuneo (en verde mis añadidos, el resto: literal copiaypega). En plan serie, la cosa podría ser tal que así:



Escena XXIII



Scott (típico personaje que llega apresurado y jadeante con noticias):

“Señor, el conducto de ventilación de la nuclear de Ascó I aún contiene partículas radiactivas de, presuntamente, la fuga de 2007”.


Roger (comandante a cargo de la cochambre):
“Imposible”.



Scott (recuperando poco a poco el aliento):
“Comandante, acabamos de encontrar un antiguo informe de la Asociación Ascó Vandellòs que dice que
en Ascó II se observó el 13 de diciembre que el caudalímetro situado en la línea de suministro al generador de vapor A estaba mal calibrado, tras la realización de la prueba de los caudalímetros de agua de alimentación auxiliar a los generadores de vapor y el análisis de los datos de la misma. Además, la piscina de combustible gastado de la central, propiedad de Endesa e Iberdrola, sufre escapes de hasta un litro por semana, según se ha detectado en la prueba de fugas. Peter considera que estas pérdidas son pequeñas y están bajo control porque no salen al exterior. Pese a ello, no logra repararlas. La fuga se arrastra desde hace al menos cuatro meses y no se resolverá, como mínimo, hasta la próxima primavera”.


Roger (con el ceño fruncido ante esta papeleta):

“Estamos perdidos, Scott. Los ecologistas apuntan que la sucesión de averías revela flaquezas de seguridad en Ascó y Vandellòs. Tendremos que realizar fuera de plazo la comprobación del sellado de una de las dos entradas de personal al edificio de contención”.



Fin del capítulo. Avance del siguiente:

Voz en off: ¿Podrán comprobar el sellado de una de las dos entradas de personal al edificio de contención? (Ráfaga de imágenes de la central desde varios ángulos con la eterna musiquilla de cabecera).


Voz en off: ¿Conseguirá Peter, antes de la primavera, controlar los escapes detectados en la prueba de fugas? (Ráfaga de imágenes: la central –otra vez-, almendros en flor en el Valle del Jerte y primer plano de Peter sudando como un pollo con cara de preocupación).

lunes, 29 de diciembre de 2008

20.000 kilómetros de cableado submarino

Cableado submarino de telecomunicaciones. O «el mundo a un click: velocidad punta», 2008



Leí esta noticia hace una semana: La ruptura de tres cables submarinos deja a Egipto sin Internet. Hace años guardaba recortes de periódicos en cajones, carpetas o libros, según la clasificación que hiciera. Ahora guardo enlaces en una carpeta que creé en «favoritos». No ocupan nada, no amarillean, pero estas noticias, por algo, me parecen más bien sospechosas. Es posible que la página que está buscando se haya eliminado, que haya cambiado su nombre o que no esté disponible temporalmente. Nuevas contingencias. Vuelvo a los tres cables submarinos rotos en Egipto. En plena era wireless, en el siglo del bluetooth –buscando dispositivos activos, elisabeth23, nokia6110, buscando-, los satélites que antes fotografiaban los titulares del periódico de cualquier señor sentado en un banco del parque ahora sintonizan con nitidez absoluta el pensamiento emitido al aire libre. Oh, Orwell. Que tres cables submarinos de punta a punta conecten físicamente algo-con-algo devuelve la fe a cualquiera que de pequeño imaginara que los ángulos de los muebles conectaban con los ángulos de otros muebles por un hilo muy fino que había que evitar pisar.



«Vectorial elevation», Rafael Lozano-Hemmer



«Vectorial Elevation», Rafael Lozano-Hemmer





Yo enfoco la programación como si fuera escritura creativa. No empiezo con un diagrama de flujo. Empiezo con un bucle simple y luego observo cómo afectan pequeños cambios en el código al resultado visual. Nunca planifico qué hará el código exactamente, y a menudo acabo incorporando algo que no había anticipado pero que el código ha hecho durante las pruebas.

John F. Simon Jr.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Sinestesia matinal

A las 8:17 sonó el pan. Rebanada con mantequilla. ¿Naranjas? No quedan. A beber ficción: tetrabrick al canto.




Sabe, lo juro, a escalera mecánica.

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Post el post:

- Un poco escueto, ¿no?
- Es todo lo que tengo que decir.

martes, 9 de diciembre de 2008

Nuevos conjuros

Puente de la Inmaculada. No tengo belén ni ganas. Bajé por azúcar al chino de calle la victoria y vi una caja de luces, cuatro euros, y un peluche-noel, sesenta céntimos. Recuerdo que de pequeña -no sé, cinco años- una tarde, al bajar del autobús escolar, mi madre me contó que había tenido una charla con los peluches y que se querían ir de la casa porque mi hermano y yo no jugábamos ya con ellos. Flipé, no porque hablaran, cosa que me parecía bien, sino porque se había gestado una revuelta a mis espaldas sin dar antes ni un pequeño ultimátum. Tras duras negociaciones, el oso burdeos -instigador de la movida-, caperucita cabezona, la muñeca yugoslava y otros decidieron quedarse con nosotros un tiempo. Diez años más tarde fueron todos de cabeza al contenedor, sin contemplaciones. No, la yugoslava debe andar aún por ahí. En cualquier caso, el papá noel de cero sesenta ha visto el cielo abierto al verme entrar en el chino. Que estaba hasta las pelotas de decorar puertas y ventanas, repartir caramelos a niños groseros y colocarse la barba y la barriga con disimulo. Ya, le dije. Yo pensaba colgarte del árbol y electrocutarte con las luces musicales del demonio, en plan día de la bestia. Me parece una buena opción, respondió. Y lo hice.



























«Conjuro contra el espíritu maligno», 2008




























«Conjuro contra el espíritu maligno», 2008. Detalle.





Debemos desarrollar una actitud de no-resistencia al mundo;
Lo negativo es negativo,
Lo positivo es positivo,
Las cosas son.
Las cosas aparecen, se transforman,
Y luego cesan simplemente de existir;
El mundo exterior, en cierto modo, viene dado.

(…)

M. Houellebecq, «Supervivencia».
Ed. Acuarela.


martes, 28 de octubre de 2008

Woman rising from sitting on the ground








Mujer (que vivía contenta y feliz sin más preocupación que hacer la cama antes de las tres y cuarto de la tarde) levantándose del suelo (para ir a predicar el decreto a domicilio a cambio de un sueldo que cobrará un día incierto). O “se acabó lo bueno: trajeada y en el dique seco, 2008”.




Nota obscuratoria:

He dejado de sólo decir una cosa para otrosí decir otras. No podía andar toda la vida como darwin me trajo al mundo –ceniza- bajando una escalera a fogonazos de 1/2000. Ahora, a todo color y sin patada en la puerta, el decreto 11/2008.

martes, 23 de septiembre de 2008

Existentialist Ameba

Desde que hablé del misticismo inmobiliario han pasado cosas. He dejado la «contemplación full-time» por la «ortopedia urbanística freelance», una nueva rama muy cotizada. Cuento con la ayuda de una ameba, eso sí. Abajo, precioso vídeo con final feliz –al menos para mí-.

sábado, 30 de agosto de 2008

Misticismo imobiliario





«El simple acto de girar una rueda con una oración libera las fuerzas benéficas del mantra», 2008



Nuevo recorrido místico-inmobiliario: la victoria, compás de la victoria, cristo de la epidemia, fuente olletas. No hay semáforo, farola, poste o señal de tráfico que no invite al recogimiento.

jueves, 14 de agosto de 2008

«Algo», instrucciones de uso



He aquí unas instrucciones de uso. He comprado lo que no está, -no es «la vida»-. ¿Qué es? La pista sobre el sentido común me parece fundamental. He borrado alguna palabra que estaba de más. (Creo que haciendo click en la imagen se amplia).

Estos suecos...

Martin, como sé que dominas el chino, la solución te la doy en japonés.




viernes, 1 de agosto de 2008

Mi vida interior: apocalipsis

He estado por ahí. Creo que sin cinismo alguno puedo decir que he estado de vacaciones, lo que viene a ser la vida que llevo, pero sin hacer la cama ni el desayuno por la mañana. Los amigos bromeaban con la posibilidad de que en estos días de relax me viniese con descendencia encargada. Cuarto y mitad. Para llevar. No sé por qué razón se supone que uno folla más salvajemente por estar fuera, de verdad que me paro a pensar y no comprendo qué se me escapa. En cualquier caso, debo decir que de tanta playa finalmente me he traído vida: vida en mi oído derecho. Sí, ya sé que no es lo que todo el mundo esperaba, que lo suyo era engendrar algo que pudiera salir con una diminuta túnica en la pollinica los domingos de ramos, pero he hecho lo que he podido. No desprecie, vida en el oído, oiga. Llevaba cuatro días esperando que se pasara ese dolor continuo, y nada. Yo, que soy de pastilla fácil, me he pasado por el forro la costosa campaña de sanidad «no te automediques con antibióticos». Glup. Uno. Glup. Dos. A las tres horas, el mismo dolor de oídos y una divertidísima reacción alérgica a glup-uno o glup-dos -no se sabe-. Hoy he comenzado con la medicación oficial, la que me recetó una gorda con pinta de limpiadora que me atendió anoche en urgencias. Siete días tengo para matarlo. Realizo ataques cada ocho horas con antibióticos y antiinflamatorios. Me da cosa, porque es un poco mío –y del mar, y del mar-. Yo me quedo calladita y me tapo con la mano el oído por si me quiere decir algo, que no lo mate o, no sé, que mate al presidente de la comunidad. Algo, ¿no? Por ahora, ni pío.


Mecanismo de acción de las enzimas B- lactamasas para hidrolizar los antibióticos betalactámicos. O «mi vida interior: apocalipsis», 2008.






miércoles, 16 de julio de 2008

Donde comen dos...



Sr. con partícula no elemental en el zapato dijo:
(Giro de dos vueltas de llave en una cerradura)
Chiqui, ya estoy en casa. ¿Qué hay de comer?

Esposa del sr. con partícula no elemental dijo:
(Desde la cocina)
Puchero. Lávate las manos y te quitas las partículas radioactivas, ¿estamos?

Sr. con partícula no elemental en el zapato pensó pero no dijo:
Otra vez carne cocida…

Isótopo inestable y excitado dijo:
Si hay puchero yo me quedo.

Voluntaria dispuesta a encadenarse a cualquier reja dijo:
(Ding-dong)
Greenpeace llama a su puerta. ¿No tendrá en casa a un señor inestable y excitado? Le informo que puede ser radioactivo.

Esposa del sr. con partícula no elemental dijo:
Pues sí. Pase.




Ilustración de la escena: esposa cocinando (n), marido con partícula en el zapato (+), isótopo que se queda a comer (n2) y jovencita de greenpeace (+2). Junto a ellos, cuatro prohibiciones no tenidas en cuenta.




Narrador omnisciente dijo:
La voluntaria dispuesta a encadenarse sin más a cualquier reja se enamoró del isótopo invitado a comer puchero. Elementalmente, tuvieron dos particulares hijos que crecieron sanos y felices. El mayor es portavoz de la Asociación nuclear Ascó Vandellòs. El pequeño se dedica a la agricultura de secano. En navidades se reúne toda la familia y hacen el amigo invisible.


-Crédito(s)-


No doy. No.

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Está visto que no puedo leer el periódico.

viernes, 11 de julio de 2008

(v)idas cruzadas

martes, 24 de junio de 2008

Hace justo

1 año
escribía sobre cavafis,

75 años
de su muerte,

100 años
de días de 1908.

Otra vez.






DÍAS DE 1908 (1932)

Aquel año estaba sin trabajo;
y malvivía del juego de las cartas,
de los dados y los préstamos.

En una papelería le habían ofrecido
un empleo de tres libras al mes.
Pero lo rechazó. No era un sueldo para él,
joven bien educado y con veinticinco años.

Apenas si ganaba dos o tres chelines diarios.
De los naipes y los dados, ¿qué podía obtener
un muchacho como él, en cafés de mala muerte,
así jugara con astucia o eligiera los más tontos?
Y aun cuando mucho prestara, rara vez tenía un talero.

Con frecuencia iba a la playa. Su traje era siempre el mismo
uno color de canela, ya muy descolorido.

¡Oh días del verano de mil novecientos ocho!
de vuestro recuerdo, por obra del arte,
se ha borrado aquel traje.
Ahora lo evoco mientras se lo quitaba
y lo arrojaba lejos junto a su pobre ropa interior.
Y quedaba desnudo, íntegramente bello.
Sus cabellos revueltos,
Sus glúteos y brazos y piernas doradas por el sol
en aquellas mañanas de baños en la playa.

---



El Centro Cultural Generación del 27 rinde homenaje a la figura del poeta griego Constantino Cavafis (1863-1933), con una rueda de lectura de su obra. Coordinado por Vicente Fernández. Centro Cultural Provincial. Calle Ollerías, 34.

lunes, 9 de junio de 2008

Urbanismo sostenible: fórmula

Plan Parcial S I-1


+ 3 rastrillos de madera

+ ISO 14.000=

= 294.225m2 zen

Que digo yo que, en un momento dado, si no me da tiempo a presentar una cosa más digna, entrego esto y va que arde.

sábado, 7 de junio de 2008

Munch, Hulk y Giorno -estados de ánimo-

Estoy más cabreada que una mona con el proyecto fin de máster. Pensaba colgar el grito de munch, pero me parecía poco.




Pensé en el increíble hulk, y seguía pareciéndome poco.



Pensé después en Giorno. Empecé a ver una pequeña aproximación.


Nada triunfa como el exceso

(...)


Soy el hombre al que llaman Muerte Súbita y también
Desolación General.
Fui engendrado por un huracán,
y maldecido por un terremoto;
Soy mediohermano del cólera,
y estoy estrechamente vinculado a la viruela por línea
materna.

Soy el hombre con el corazón petrificado y los intestinos
de hierro.
Diecinueve lagartos y un barril de whisky
son mi desayuno cuando estoy sano;
Una fanega de serpientes de cascabel y un cuerpo muerto
si es que me estoy reponiendo.
Me rasco la cabeza con relámpagos,
y bailo el tango con un huracán de grado cinco,
aspirando incontables casas rodantes.
Parto rocas eternas con mi mirada,
y exprimo al trueno cuando hablo.
¡Yú-juu!

Retrocedan y denme el espacio que corresponde a mi
poder.
La sangre es mi bebida natural,
y los lamentos de los moribundos son música para mis
oídos.

(...)





Así están las cosas. Más o menos.



martes, 27 de mayo de 2008

¿Cómo dice...?




No necesito conectarme al messenger o al google-talk para iniciar una comunicación con feedback. Mi portátil me habla. Nos conocemos ya, hemos intimado bastante. Sabemos qué nos vamos a decir el uno al otro con solo mirarnos a los ojos-pantalla. Pulso “espacio”, por ejemplo, nada más arrancar y sé que me dirá que “hay una versión actualizada del pecesuit disponible ya para su descarga” y que “haga clic en el icono en forma de globo para descargarlo”. Él ya sabe que le voy a decir que paso en moto, que no sé qué es pecesuit y hasta ahora vivo bien sin eso, pero por si cambio de opinión, prueba a consultarme todos los días, como cualquier pareja convencional que espera tu momento débil.

Después de este saludo mañanero, paso al word. Aquí tengo la sísifo-historia. Afortunadamente desapareció el clip que saltaba alrededor de mi documento y que siempre pensaba que tenía intención de escribir una carta cuando empezaba unas alegaciones o un recurso. Ahora lo que tengo es una pantalla de advertencia perenne que viene a decir que estoy usando un office que no es original. Ya. ¿Y qué hacemos? No tengo intención de comprar un programa original, así que déjame y ábrete en plan pirata o como te dé la gana, digo. Pero el muy puto sólo me da dos opciones, a saber: a) obtener más información sobre el software original -paso-, o b) decirle que me lo recuerde más tarde. Vale, más tarde. Pero cuando ya estoy metida en faena, concentrada, con el hilo cogido, word considera que ya ha llegado “más tarde”. (No, no aparece la opción “no volver a mostrar esta recomendación”). Es un tormento chino muy estudiado, como se puede ver. Yo he sucumbido y le he pedido al maridoquenotengo que haga el favor de comprarme lo que sea para que microsoft deje de tratarme como a una vulgar usurpadora de los derechos de Bill Gates, pero me dice que va contra sus principios rendirse ante el sistema, así que aquí estoy, pidiendo una y otra vez que me recuerden algo que inexorablemente no puedo olvidar: mi word es falso.

Esta mañana ha sido nero-burning-rom quien ha querido decirme algo, pero ya con un tono amenazante y serio. Pretendía grabar un cedé de Satie hasta arriba cuando apareció un pantallazo gris en los siguientes términos: “Esta compilación contiene demasiados datos, no caben en el disco según su capacidad normal”. Vaya por Dios. “¿Desea intentar la grabación de tamaño extra bajo su responsabilidad? Pueden producirse errores de lectura al final del disco o incluso dañar el grabador”. Pero bueno, ¿bajo "mi" responsabilidad? ¿Todo lo que ha hecho el portátil hasta ahora era bajo "su" responsabilidad? ¿Y qué es eso de que lo mismo se producen errores de lectura o incluso daños en el grabador?, ¿una amenaza? Ni hablar. Hasta aquí hemos llegado. Temo encontrarme en la próxima advertencia la teoría de los elementos negativos del tipo o doctrina sobre las eximentes completas e incompletas. Por Huxley santo, ¿acabaré por necesitar la tutela de un abogado para vivir en este mundo tecnológico?